La maquinaria para heno y forraje está destinada a la recolección, conservación y almacenamiento de las gramíneas y restos de siega destinadas a la alimentación del ganado bovino y caprino mayoritariamente. El heno es la planta herbácea y gramínea plantada y cosechada para servir íntegramente para alimento de ganado. De forma genérica se denomina heno también a la combinación de distintas plantas gramíneas como trigo, cebada o avena que son empleadas para tal fin. Las plantas forrajeras suelen designar a todas las plantas tipo pasto o hierba que sirven para alimentar al ganado; por extensión, se aplica también a los restos de la siega de cereales de consumo humano, de los que se aprovecha todo el tallo para la alimentación animal. Al pasto se le pueden añadir restos orgánicos y minerales para mejorar sus propiedades nutritivas.

Tanto el forraje como el heno se pueden recoger en verde (o fresco) o una vez desecado al sol. La razón es que los pastos cortados en verde se pueden empacar con material plástico de forma hermética para su conservación en silos. Este proceso produce una fermentación interior que con los controles necesarios, permite su conservación mucho más tiempo sin grandes pérdidas de nutrientes. Este material fermentado no es bien digerido por el ganado joven; sin embargo es perfectamente válido para el adulto. La paja seca, por el contrario es perfectamente válida para la alimentación del ganado joven y adulto.

Para la recolección y preparado del heno y el forraje se emplean gran cantidad de maquinarias específicas, adaptadas o de carácter general como son las segadoras, los rastrillos y henificadores, las rotoempacadoras, segadoras acondicionadoras, segadoras y cortadoras de hojas para pastos, cosechadoras de forraje, empacadoras cuadradas, envolvedoras, remolques autocargadores, segadoras hileradoras y otros equipos usados para la recolección de forraje.

Toda la maquinaria específica y adaptada son invenciones y desarrollos modernos del siglo XX; aunque algunas máquinas como las primeras empacadoras empezaron a probarse a finales del siglo XIX, la maquinización del campo se produjo completamente en el XX hasta la década de 1930-40 y posteriormente se ha ido perfeccionando.

Existen dos tipos de pacas para su almacenamiento: las pacas en seco y las pacas en verde.

Las pacas en seco son aquellas que se hacen usando heno secado al sol o bien con una deshidratadora. Este heno, al estar completamente seco y sin fermentaciones, puede ser usado en la alimentación de animales de cría.
Las pacas en verde son aquellas en las que el heno no se ha secado, sino que se ha empacado directamente en verde. Para hacer estas pacas, suelen utilizarse empacadoras de bola redonda. El procedimiento para hacerlas es mucho más complejo:

Primero se siega el heno. Esta operación debe realizarse, a poder ser a última hora de la tarde o primera de la mañana.
A continuación, el heno se empaca.
Después, y ya que el heno está empacado en verde y por tanto aun conserva el agua, es necesario recubrir la paca con un plástico especial y usando una encintadora.

Durante todo el proceso, desde la siega hasta la operación de encintar no deben pasar más de 24 horas. Es una forma de ensilado. Antes de que se puedan usar las pacas, que una vez terminadas reciben el nombre de silos, deben pasar al menos tres meses, durante ese tiempo la bola fermenta. A causa de esta fermentación, estas pacas no deben ser utilizadas para alimentar a crías de animales, sino en la alimentación de animales adultos.

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